El sexo puede ser considerado como una forma de ejercicio cardiovascular moderado, ya que involucra una actividad física que aumenta la frecuencia cardíaca y la respiración. Durante el sexo, se queman calorías y se aumenta la circulación sanguínea, lo que puede proporcionar beneficios para la salud cardiovascular.
Sin embargo, el nivel de intensidad y el gasto de energía durante el sexo pueden variar según la duración, la posición, la intensidad y el nivel de actividad. Por lo tanto, no se puede considerar una forma confiable de ejercicio cardiovascular si se busca un entrenamiento intenso y sostenido.
En resumen, el sexo puede proporcionar beneficios para la salud cardiovascular y ser considerado como una forma moderada de ejercicio cardiovascular, pero no debe ser utilizado como sustituto de un programa de entrenamiento estructurado y regular para aquellos que buscan mejorar su salud cardiovascular.